Versaciones de un chupaplumas - Capítulo 1º
04/28/2024
2404287809796

About the work

http://valentina-lujan.es/V/vercapiprime.pdf
Este primer capítulo podría comenzar diciéndose cómo la puerta se cerró con lo que — si no fuera por temor a incurrir en la deslealtad hacia el lector de tratar de mediatizarlo haciéndole concebir la idea de una Lola que, entendemos, no tenemos derecho ninguno a proporcionarle al objeto de no obstaculizar su propia elaboración del personaje — cualquiera que la conociese hubiera denominado “la inveterada suavidad con que se cerraban las puertas cuando era Lola quien las cerraba” y que yo, que quizás por no haber hablado todavía con mi amigo de las indicaciones que dejando a medio limpiar el polvo del respaldo del sillón me diera bajo el argumento de que al no ser ella de la profesión aportarían un toque de originalidad a mi trabajo no me percaté del móvil, corrí a abrirla de nuevo para preguntarle qué apuntes eran esos; pero que como ella no estaba ya en el descansillo la cerré de nuevo y que, no queriendo echar a perder la mañana atascado por algo que debía de ser puramente anecdótico habida cuenta de que yo no había oído hablar de ese hombre en mi vida, coloqué un folio nuevo en la máquina y traté de aplicarme a zanjar, de una maldita vez si era posible, un viejo dejar las cosas como estaban que se empecinaba en resistírseme so pretexto de que, por alguna razón que ya no recordaba, estaban difíciles.
Podríamos continuar con que empero o sin embargo y llevando escritos apenas cuatro renglones mi propósito inicial se vio abortado cuando hube de levantarme para acudir a contestar el teléfono y con que, si continuásemos — que no vamos a continuar porque estamos hablando de cómo pudieron ser las cosas que no fueron —, al enfilar el pasillo sonó también el timbre; y decir que dudé, recuerdo, a qué atender primero y que me decidí recuerdo también por la puerta aunque no llegué a abrirla porque en el suelo encontré un sobre pero al mirar por la mirilla no vi a nadie; y que retomé con él en la mano el camino hacia el teléfono y que, cuando contesté, ella, sin saludarme siquiera — pero entendiendo yo que no lo estaría considerando necesario puesto que sólo hacía unos minutos que se había marchado —, me espetó en tono muy vivo un escueto “¿lo ha encontrado?”.
Hubiera yo sin el menor empacho podido responderle que sí pero que “pero”; y nos habríamos colocado, tanto ella como yo aunque cabiéndome el mérito de haber sido el que diera pie al desarrollo de los acontecimientos, frente a la situación — tan en exceso explotada por tantos escritores que ya no causa sensación a lector alguno por tan enteramente previsible — de mantener un diálogo completamente absurdo basado en la errónea interpretación que ella diese a mi “sí” dando por hecho que yo me estaba refiriendo al destornillador por el que en realidad ella me estaba preguntando y replicando, a su vez, que habida cuenta “de lo torpe, y perdone, que es usted para todo lo que tenga que ver con la tecnología” le parecía del todo prodigioso. Y que me felicitaba.
Pero, ya digo, proceder de ese modo nos daría la sensación de estar echando mano de un cúmulo de lugares comunes; de modo que no vamos a hacerlo...

Literary: Other
versaciones de un chupaplumas
prosa
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Pelayo Pelaz Peláez
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Title Versaciones de un chupaplumas - Capítulo 1º
http://valentina-lujan.es/V/vercapiprime.pdf
Este primer capítulo podría comenzar diciéndose cómo la puerta se cerró con lo que — si no fuera por temor a incurrir en la deslealtad hacia el lector de tratar de mediatizarlo haciéndole concebir la idea de una Lola que, entendemos, no tenemos derecho ninguno a proporcionarle al objeto de no obstaculizar su propia elaboración del personaje — cualquiera que la conociese hubiera denominado “la inveterada suavidad con que se cerraban las puertas cuando era Lola quien las cerraba” y que yo, que quizás por no haber hablado todavía con mi amigo de las indicaciones que dejando a medio limpiar el polvo del respaldo del sillón me diera bajo el argumento de que al no ser ella de la profesión aportarían un toque de originalidad a mi trabajo no me percaté del móvil, corrí a abrirla de nuevo para preguntarle qué apuntes eran esos; pero que como ella no estaba ya en el descansillo la cerré de nuevo y que, no queriendo echar a perder la mañana atascado por algo que debía de ser puramente anecdótico habida cuenta de que yo no había oído hablar de ese hombre en mi vida, coloqué un folio nuevo en la máquina y traté de aplicarme a zanjar, de una maldita vez si era posible, un viejo dejar las cosas como estaban que se empecinaba en resistírseme so pretexto de que, por alguna razón que ya no recordaba, estaban difíciles.
Podríamos continuar con que empero o sin embargo y llevando escritos apenas cuatro renglones mi propósito inicial se vio abortado cuando hube de levantarme para acudir a contestar el teléfono y con que, si continuásemos — que no vamos a continuar porque estamos hablando de cómo pudieron ser las cosas que no fueron —, al enfilar el pasillo sonó también el timbre; y decir que dudé, recuerdo, a qué atender primero y que me decidí recuerdo también por la puerta aunque no llegué a abrirla porque en el suelo encontré un sobre pero al mirar por la mirilla no vi a nadie; y que retomé con él en la mano el camino hacia el teléfono y que, cuando contesté, ella, sin saludarme siquiera — pero entendiendo yo que no lo estaría considerando necesario puesto que sólo hacía unos minutos que se había marchado —, me espetó en tono muy vivo un escueto “¿lo ha encontrado?”.
Hubiera yo sin el menor empacho podido responderle que sí pero que “pero”; y nos habríamos colocado, tanto ella como yo aunque cabiéndome el mérito de haber sido el que diera pie al desarrollo de los acontecimientos, frente a la situación — tan en exceso explotada por tantos escritores que ya no causa sensación a lector alguno por tan enteramente previsible — de mantener un diálogo completamente absurdo basado en la errónea interpretación que ella diese a mi “sí” dando por hecho que yo me estaba refiriendo al destornillador por el que en realidad ella me estaba preguntando y replicando, a su vez, que habida cuenta “de lo torpe, y perdone, que es usted para todo lo que tenga que ver con la tecnología” le parecía del todo prodigioso. Y que me felicitaba.
Pero, ya digo, proceder de ese modo nos daría la sensación de estar echando mano de un cúmulo de lugares comunes; de modo que no vamos a hacerlo...
Work type Literary: Other
Tags versaciones de un chupaplumas, prosa

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Identifier 2404287809796
Entry date Apr 28, 2024, 9:51 AM UTC
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Author. Holder Pelayo Pelaz Peláez. Date Apr 28, 2024.


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