La cadena de pollo frito Frisby ha demandado ante la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO) a la compañía española homónima, a la que acusa de «mala fe en contra del registro nominativo de la marca». Además, la empresa colombiana ha interpuesto otra demanda en España contra aquella por vulnerar su propiedad intelectual y por actos de competencia desleal. Frisby España SL ha restado importancia a los argumentos de la demandante y asegura que la compañía continúa con su plan de abrir su primer restaurante en Europa antes de fin de año.
Tres demandas contra Frisby España
Frisby Colombia no tiene intención de que ninguna compañía ajena se aproveche de su nombre, y para ello ha puesto en marcha tres líneas de actuación contra la empresa Frisby España, la marca que pretende expandirse en Europa con el sello de la colombiana, pese a no contar con ningún vínculo con la matriz. En primer lugar ha interpuesto una demanda en España por competencia desleal contra la sociedad Frisby España SL y su representante, Charles Dupont, en la que solicita además medidas cautelares «para que cese la afectación de nuestros derechos de propiedad intelectual», señala Forbes.
Además, ha pedido amparo a la EUIPO para anular una marca que fue registrada de manera fraudulenta, según su versión. La cadena asegura haber presentado pruebas ante la oficina europea que acreditarían el uso de la marca, que «se encuentra actualmente vigente», según la nota publicada por Frisby, añade Infobae. Por último, la colombiana ha presentado documentación en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) para evitar la cancelación de su marca en España por falta de explotación comercial, como alegó en su día la empresa española.
Un anuncio inesperado que desató la batalla
La polémica surgió el pasado mayo, cuando varias cuentas de redes sociales anunciaron el desembarco de Frisby en España, pese a que la empresa colombiana no había dado ningún indicio de dar el salto europeo. El anuncio, sin embargo, procedía de otra empresa con sede en Bilbao, que había elegido el nombre de Frisby para lanzar su propia cadena de restaurantes en España, aprovechando un resquicio en el registro de marcas europeo.
Pese a que Frisby Colombia mantenía el registro de su marca en la UE desde 2005, en ningún momento de estas dos décadas había dado señal de pretender expandirse por Europa, lo que la compañía española aprovechó para solicitar su anulación e inscribir su propia empresa con el nombre de Frisby. Una actuación que desde la Frisby original se considera una vulneración de sus «derechos marcarios».
La respuesta de Frisby España
El representante de Frisby España, Charles Dupont, considera «poco probable» que el juez estime los argumentos de la compañía colombiana, ya que esta «no ha presentado ninguna prueba real de uso de su marca en la UE. Tuvieron 20 años para hacerlo y ahora quieren hacer una propaganda», ha declarado a El País.
Además, ha añadido que la demanda «no modifica» los planes de expansión europea, que pasan por inaugurar el primer restaurante español Frisby en los próximos meses: «Vamos a abrir en diciembre», ha confirmado Dupont al mismo diario, que informa no obstante de que otras conocidas compañías colombianas, como Ramo o Juan Valdez, habrían rechazado colaborar con la empresa de Dupont.
La EUIPO tiene la palabra
La compañía colombiana ha indicado en su nota que seguirá informando «con precisión» sobre sus siguientes pasos, y ha agradecido el apoyo recibido en los últimos meses por parte de clientes, proveedores e incluso competencia. «Continuaremos con el mismo compromiso que nos ha caracterizado durante nuestros 48 años de historia», aseguran. La EUIPO y los tribunales españoles tienen ahora la última palabra.
Fuentes: Forbes, Infobae, El País.

