Que ya veremos si va a resultar o no
Alicia Bermúdez Merino
Madrid - Spain
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http://valentina-lujan.es/alicia/querresnorre.pdf

– Que resultó no resultar porque resultó — le explico, porque quiero que entienda que si las cosas no han prosperado por esa vía no ha sido por causa de algo de lo que yo sea responsable — que, ella misma me lo confesó, había sido muchas cosas en esta vida tan destartaladísima que llevo, y que, alg…

– Algún día, cuando tuvieseis más confianza — sigue él, como si recitara, como si estuviese repitiendo de memoria algo requetesabido —, si vuestra relación no se iba a pique como se habían ido a la mierda tantísimos otros buenos principios… ¡sí yo le contara!... ¿Verdad? ― Me pregunta él a mí, como queriendo significar “¿es cierto lo que digo o no lo es?” ― Pero que siguieras, con lo tuyo, con lo suyo, que no lo quiero entretener que ya tiene usted hoy bastante lío porque fue una tarde…, lo recuerdas bien ― asegura, apuntando a los papeles con su índice mientras habla ― muy complicada, de mucha tensión y enormes dificultades técnicas por culpa de un avión que no te salía.

– Un sombrero ― rectifico.

– ¿Un sombrero? ― Él.

– Un sombrero, sí ― insisto ―; no me salía, pero era un sombrero.

– Como quieras ― él, como deseando zanjar el asunto de cualquier manera ―: un sombrero. Pero…

– Un sombrero samurái; concretamente.

– Tú sabrás ― él, un poquito impaciente, como contrariado –, pero… ¿Ya sabías hacer para entonces la pajarita y el dado? Porque yo no es que quiera desanimarte ― dice ― pero a mí me parece que el sombrero, samurái encima, para un principiante…

– Pues no sé… A lo mejor es que aprendo muy deprisa…

– Puede ser – concede, aunque me parece que de mala gana. Y zanja ―: te contaría, dijo, pero que una chica así, tan mona, y con aquellas botitas tan coquetas que tú le describías, le parecía que no… ¿Verdad, cariño?

– “Verdad, cariño” … ¿A qué viene ese sarcasmo?

– Ella; ella ― golpeando con el dedo él sobre los papeles. Y, algo irritado, me explica ―: ¡ella, al marido, desde lejos, que está en otra habitación y le habla, desde lejos, ella, con la mano en el picaporte de la puerta levantando la voz verdad, cariño…! ¿Es tan difícil escribir algo tan sencillo?

– No; claro ― yo.

– Pues entonces… ¡joder!

– Lo que no entiendo ― arguyo, un poco balbuciente porque a veces me pone nervioso ― es por qué hay que ponerse así.

– ¡Así o de cualquier otra manera! ― Responde, en el mismo tono ― Lo que quiero que entiendas es que…

– Está bien ― le digo ―; está bien…

– Al marido ― él otra vez ―, que se quedó un poco pensativo y terminó por decir “pues fíjate que yo diría que a mí me suenan”.

– ¿Te suenan ― ella, dice, arrugando con incredulidad la nariz y mirándome, dices tú, con cara de “no le haga caso” ―, te suenan de verdad unas botitas con… perdón: cómo ha dicho usted que eran?

– Con vueltas de piel, contesto ― escribes. Dice.

– “Vueltas de piel”, ella. Escribes ― dice ―, “cariño”.

– “Puede que un poco vagamente”, él, “pero sí, querida”.

– Tonterías…

– ¿Tonterías?

– Ella, hombre ― yo, que parece que lo voy pillando ―; ella dice “¡Tonterías!”...

----

–Porque ahora ― dice ―, por aquello de que lo vas pillando y empiezas a tener las cosas claras, parece que me siento más animado.

Pero cuando muy pocos días después volvimos a vernos lo encontré deprimido.

– ¿Qué te pasa? ― le dije, cerrando la carpeta y dejándola a un lado.

– Nada ― repuso ― ¿Qué quieres que me pase?

– Nada…

– ¡Pues a ver si es verdad! ― contestó, con un algo de sarcasmo y pidiendo “a ver esos malditos folios” que hoy, dijo, tengo poco tiempo que perder.

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–Porque ahora ― dice ―, por aquello de que lo vas pillando y empiezas a tener las cosas claras, parece que me siento más animado.

Pero cuando muy pocos días después volvimos a vernos lo encontré deprimido.

– ¿Qué te pasa? ― le dije, cerrando la carpeta y dejándola a un lado.

– Nada ― repuso ― ¿Qué quieres que me pase?

– Nada…

– ¡Pues a ver si es verdad! ― contestó, con un algo de sarcasmo y pidiendo “a ver esos malditos folios” que hoy, dijo, tengo poco tiempo que perder.

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Code: 2308255142512
Date: Aug 25 2023 20:18 UTC
Author: Sergio Escalante
License: All rights reserved

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Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.

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