About the work
https://valentina-lujan.es/alicia/aellanolaconozco.pdf más allá de la idea bastante imprecisa que pude hacerme de ella a partir de la fotografía que me enseñaste ― le digo ― de una foto de grupo, con sus primos en una fiesta de cumpleaños según me contaste, creo recordar, en el jardín de la casa de su abuela pero, lo que no recuerdo, es si me dijiste que era la tercera por la derecha, delante de un caballero alto con sombrero jipijapa que era medio hermano del marido de una de las tías recién llegado de algún país de Sudamérica que tampoco podría decir con mediana exactitud cuál es, o la segunda por la izquierda detrás de un chaval de cómo de doce años que como la foto era en blanco y negro no se apreciaba si el pantalón que llevaba era azul oscuro o negro y, claro, si era la tercera por la derecha, llevaba el cabello largo y ondulado y me pareció bastante esbelta, aunque algo altiva porque su sonrisa resultaba ― pero no me lo tomes muy al pie de la letra porque ya te digo que al no ver el color pude perder matices quizás muy esenciales ―, para mi gusto, al menos, un tanto fría pero, si era la segunda por la izquierda, lo que sí tengo la sensación de haber apreciado es que, siendo también alta y delgada, llevaba las uñas muy cortas y sin pintar en tanto que, la otra… − La otra las llevaba largas y rojas, sí― rompe a hablar, y entorna los ojos como quien evoca―; la recuerdo perfectamente porque era una de mis tías. − Pero si la foto era de la familia de ella ― Yo. − Ya ― él ― pero cuando yo te contaba todo eso… Porque yo te lo contaba ¿O no? Ha de sobreentenderse que la foto ya era mía y, como mía que era, mía era también la responsabilidad de, si elegía mostrártela, que lo pensé mucho, elegir también los personajes que en ella estarían, y como mi tía Ernestina, hermana de mi padre, se había casado también con un indiano… − ¿Indiano? − El del sombrero jipijapa. Tú lo has dicho y por aquel entonces todos los venidos de América lo llevaban… − Sí, pero de que estuviera casado no me parece que haya dicho nada… − Ya, pero mi tía sí, y como cuando tú nombraste aquel sombrero, aquel exactamente y no otro tantos sombrero… o incluso ninguno, que puede llevar cualquier hombre en cualquier fotografía pero tú nombraste precisamente ese y con ello has de cargar, me recordó al marido de mi tía que, por cierto y si quisieras más detalles, te diría que desafortunadamente enviudó muy poco tiempo después y te aprovisionaría de tantos pormenores como hubieres menester si bien, y de momento, y te pido perdón porque tendrás también que de momento perdonarme, obviaré si no te importa que, de momento también sigamos por donde estábamos cuando… Etiqueta: Versacionesdeunchup Etiqueta: Telas de araña
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.