About the work
http://valentina-lujan.es/trans/Masmalosquedemon.pdf
que, recién llegados de su pueblo y sin como quien dice haberse despeinado ni tenido tiempo de romper las vidrieras de la catedral ni incendiar una papelera o algún coche, lo primero que hicieron fue pelearse y devolver, así y con ello, el sosiego al espíritu atormentado de la señorita Alejandra que, tendente al pesimismo, estuvo en vilo desde que le anunciaron su llegada pensando que serían unos pequeños salvajes pusilánimes y apocados, a la antigua usanza, a los que no iba a ser posible meter en cintura, o no por lo menos que los metiese ella acostumbrada, como estaba, a sus educandos siempre prestos a obedecer sin rechistar y de bonísimo grado y sin cuestionarse el porqué, ni el para qué, ni la calidad de las órdenes recibidas, atentos tan sólo a ceñirse escrupulosamente el programa y terminar el curso, si no siempre y todos con matrícula de honor, sí con un notable alto y un expediente que nadie dudaría de calificar de impecable; pero cuando vio cómo sin ni siquiera esperar al recreo se propinaban puntapiés y puñetazos y se lanzaban mutuamente objetos diversos a las respectivas cabezas ― el mediano al mayor, en concreto, el tintero; y el pequeño al mediano un par de libros de texto de tapa dura con los que le hizo sendos chichones ― sonrió aliviada y comentó, luego, con el director, “por fortuna, don Miguel, estaba en un error, porque buena predisposición sí se les ve”.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.