About the work
https://valentina-lujan.es/versaciones/estoytandis.pdf
no me atrevería a decir que como a tirarme de cabeza por un barranco porque, conociéndolo como lo conozco, se echaría a reír diciendo que no me cree, que conociéndome como me conoce sabe muy bien que mi mayor pasión en este mundo son los deportes de riesgo, y que si de verdad no estoy en absoluto dispuesto a serlo debería decir que a meterme a cartujo, por ejemplo.
– Pero, es que — le contestaría yo — no estoy muy seguro de que la vida retirada y en silencio, roto apenas para cantas Vísperas, Maitines y Laudes, no me parezca bastante apetecible.
– Bueno — podría decir él, si se le ocurriera o le apeteciese —; que como tampoco es que el concretar tus preferencias y aficiones nos corra mucha prisa, seguiremos buscando ejemplos en otro momento; que seguro alguno encontraremos de tu agrado.
Y que ahora — dirá, cuando surja si es que surge el tema de los ejemplos y mis gustos — en lo que debemos de centrarnos es…
Y, yo, justo ahí (que ya lo tengo pensado) le interrumpiré con:
– ¡Ah, no! — así, entre admiraciones y con la coma entremedias, que si no suena peor —, no puedo centrarme en nada, sumido, como estoy, en el desasosiego que me causa no saber, igual que cuando era pequeño, qué quería ser de mayor.
– En tal caso — sugerirá él — podemos preguntar a tu madre, que ella debe de saberlo.
Y tendré yo entonces que discurrir, por la mañana, en el ministerio, como ahora la temporada va flojilla y hay en curso muy pocos expedientes de regulación de… — dejaré un espacio en blanco, hasta saber de qué cosas pueden ser cursados expedientes de regulaciones —; discurrir por la mañana, decía, en el ministerio, alguna excusa para decirle que no, que a mi madre no puedo preguntarle porque… — aquí dejaré otro espacio en blanco para rellenar con la excusa que se me ocurra (cuando se me ocurra o, si no se me ocurre, pediré a Lola que me dé alguna idea) para que a él, mi amigo, le parezca una explicación razonable de por qué no quiero (o quizás “no puedo”, que me parece una razón de más peso, pero lo recapacitaré) preguntar nada a mi madre; porque lo que tampoco quiero es que él sepa que no quiero preguntar nada a mi madre porque, entonces, él querrá saber por qué no quiero…
Y atosigar a Lola con más solicitudes de ayuda me parece que me da un poco de apuro cuando, además, me dijo ayer que durante las próximas semanas va a estar muy ocupada atendiendo a los proveedores de…
Tecleo en el Google “proveedores” para ver de qué cosas puede haberlos y me sale que de equipos informáticos, de activos inmovilizados a corto y a largo plazo, de equipos de laboratorio, de gimnasio, de cómputo…
No sé cuáles elegir, pero ahora no tengo tiempo de pararme a decidirlo porque Lola me llama por el gualqui talki anunciando que el profesor de esgrima me espera en la sala de armas.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.