About the work
https://valentina-lujan.es/D/EsqLab%2042.pdf
Que, ateniéndose a las normas del juego era un razonamiento — hiciéralo quien lo hiciese — enteramente sensato y, mi amigo, por una vez en la vida, se mostró enteramente de acuerdo conmigo y, en consecuencia, hubo de convenir también en que las casillas a las que hacían referencia los epígrafes contenidos en los círculos tenían que ser forzosamente las siguientes:
Y, habida cuenta de que encajaban a la perfección con el esquema, entendimos sin más complicación que la asignación nada más podía ser:
31 – Telas 120 y 121
32 – Esqcinco
33 – Porque de mí si se acuerda
34 – Que no son
35 – Libro telas
36 – Esqcinco-detalle.
Porque nadie irá a negarme que entre estas dos imágenes
se aprecia aun sin esforzarse mucho en verla una cierta similitud.
Pero no me percaté del parecido porque antes de bajar y poder encontrar la de la derecha me había quedado mirando el 33 dentro del cuadrado amarillo que, en un color tan llamativo y en un círculo mucho más grande que todos los demás, invitaba a colocar el puntero sobre él.
Y coloqué el puntero, claro, y apareció la manecita, y cuando hice clic me sobresaltó ver que lo que venía a la pantalla era el mismo naipe con el mismo número y la misma figura que yo anteriormente , cuando estaba lo recuerdo bien escribiendo está página , tuve — y ahí abajo lo pone — el capricho de conservar.
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.