About the work
https://valentina-lujan.es/versaciones/todaviaign.pdf
ni en qué lugar del planeta — tantos países, tantos idiomas, tantas etnias, tantas costumbres, tantas religiones, tantos sabores, tantos miedos y pasiones como este globo que habitamos alberga y tantos gustos y creencias y supersticiones y formas de percibirlo a él, el globo, y a nosotros mismos y a los otros como debe de haber, imagino, al otro lado de cada puerta de cada uno de nuestros respectivos pequeños mundos — tendría que colocar tanto los personajes como los entornos y circunstancias que les tocase vivir en función del capricho o determinación o desvaríos de un tipo al que apenas conocía pero di en imaginar pequeño demiurgo — aunque por la voz, fuera cual fuese una fisonomía que el tiempo iría diciendo cómo plantearme y llegado el caso definir, me había parecido persona enérgica, de carácter, no exenta de un cierto doblez que se me ocurrió, no sabría decir por qué, juguetón y su puntito de ironía — del que yo sería factótum, así, en negrilla y cursiva porque es una palabra que me llamó la atención, que no había yo utilizado jamás, que no sabía ni qué significaba ni, por tanto, si la estaría utilizando correctamente ni, alargándome en mis cavilaciones, si formaría parte del léxico de él ni si, caso de que ni la formase ni incluso le agradara, me vería forzado a, tras consultar el diccionario, sustituirla por mayordomo o ayuda de cámara cuando no, aunque no me hiciera mucha gracia, sirviente o chico de los recados.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.