About the work
https://valentina-lujan.es/C/cuartocrecien.pdf
Uno más entre tantos de soledad o de silencio de instantes que se encogen, asustados, temerosos de saberse pequeños, y sin voz, y tan aislados, sin futuro en el todo de una Humanidad que no desmaya en su no renunciar a ser un día perfecta, redonda y plena, sin aristas de ariscos desencuentros clavándose perversos en la Historia de la Eternidad que la sufrió y, también, a golpes de errores y de aciertos, a golpes de risa sin sentido a veces y de verter de lágrimas quién sabe si con menos, la adornó de su forma y se encadenan en el intento último de codo con codo darse fuerzas; y configuran, en lo que llamamos los que vivimos en esta pequeña bola tan perdida entre galaxias con nuestra forma de medir tan limitada ‟tiempo” que se escapa entre los dedos de las manos que forjaron en su hacer las cadenas, alientos que se desvanecerán entre las garras despiadadas, despaciosas del tan preciado invento.
12 de enero de 2011
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.