About the work
https://valentina-lujan.es/P/piezasyremiendos.pdf
Si el Universo es un gran puzle en el que todas las piezas van a terminar encajando, ¿cuál es el papel de los humanos?, ¿a qué queda reducida la libertad?, ¿a qué queda reducida la responsabilidad que el ejercicio de la libertad conlleva?, ¿a qué queda reducido el error que sin libertad no existirá la posibilidad de cometer?, ¿a qué, sin la existencia del error, queda reducido el tener consciencia de los propios actos?, ¿a qué sin consciencia quedan reducidos el bien y el mal?, ¿qué sentido tienen la vida y el vivir, con todo cuanto ello implica, si cada ser pensante es tan sólo un espejismo de sí mismo que fantasea, el espejismo, tener consciencia, y responsabilidad, y discernimiento del bien y del mal, y voluntad (o no) de hacer el bien y evitar el mal?
¿Qué sentido pueden tener estas preguntas si sólo soy un espejismo?
¿Cómo podré saber si la respuesta, caso de existir, no estará siendo a su vez un espejismo?
¿Cómo podré saber que quien pueda creer tenerla no estará teniendo, tan sólo, la que a su vez le sopla al oído el espejismo de su propio espejismo?
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.