About the work
https://valentina-lujan.es/m/medesagrencor.pdf
“Me desagradó por dos razones el encontrarme – seguí leyendo -, así, tan al principio, apenas sobrepasados los cuatro primeros renglones, un nos hemos equivocado que, en primer lugar, se me antojó pretencioso, mayestático… ¡nos! y, en segundo lugar, porque ¡joder – perdón, me dije, quise decir caray – si te has equivocado rectificas y en paz! Pero, entendiendo, y no deseando ser en exceso quisquillosa, que una equivocación la tiene cualquiera, no me desanimé y seguí en la idea de bueno, no importa, omitiré el error y mi página seguirá siendo como ésta” que, por mi parte y en honor a la verdad, sí dejé yo de compartir…
Sí. Albergaba serias dudas de que una página como esta – “estas”, en realidad – fuese lo que yo estaba queriendo; pero había algo que me hacía experimentar un algo así como empatía hacia alguien que, muy distinto de mí posiblemente en cantidad de aspectos, se había movido por donde ahora me estaba moviendo yo; y buscando lo mismo. Seguí, por tanto, una vez más, leyendo:
“Así que, una vez que ya tenía el modelo y que por aquello de que cuando se ha hecho una su composición de lugar aunque sea muy somera de por dónde van a ir las cosas parece que se relaja un poco, me desentendí por un tiempo de la página y anduve unos días o puede que semanas pero seguro que no meses y ni pensar en años lo diga quien lo diga dedicada a otras cosas.
»Cuando regresé al tema – continuaba – y por aquello de refrescar la memoria volví a entrar en lo que di en llamar en mi cabeza cariñosamente “mi página” y me encaré con:
La respuesta
no me alarmé sino que, muy al contrario, me pareció tan decorativo eso de que estuviese así, en un color diferente que a mi juicio le daba un toque pues, eso, de color, que decidí cambiar también de color yo misma.
Luego – he suprimido las comillas de inicio porque, como “dicho y hecho” empezó a escribir directamente en rojo, entiendo que atendiendo a idéntico criterio resultan innecesarias – me quedé un rato ahí, sentada, simplemente mirando y con mi mente en otra parte diciéndome muy bien, ya tienes una página y un modelo en que basarte; ahora nos queda ver con qué la rellenas.
Eso ya era, la verdad – reconoce – más complicado. Porque yo no soy una empresa que venda nada ni tenga ningún producto que publicitar ni ninguna sede social a la que invitar a potenciales clientes a acudir; que es para lo que suelen utilizarse las páginas web.
Y yo – que tampoco soy empresa, ni tengo sede social ni nada que vender – encontré de nuevo, en esta coincidencia, un punto de algo así como hermanamiento, o complicidad, que me incitó a seguir:
Y ahí estaba toda cavilosa, triste casi diciéndome "¿para qué quieres, tonta, una página web cuando no sabes qué vas a hacer con ella?" cuando, jugueteando a lo tonto con el ratón por hacer algo, la página dio un salto y lo que apareció fue
Papeles
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.