Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/trans/Buscabamosalgoy.pdf
en nuestro desordenado arganear por cajones y altillos y rincones, y cajas de galletas y zapatos de esas que se almacenan conteniendo junto a la corporeidad del objeto guardado el secreto insondable de un “para qué” inequívoco que el tiempo ha ido borrando sin piedad y sin ira toparon nuestros dedos con las cuentas de un rosario de nombres y de rostros desgranados, tan jóvenes que pero quién ― costaría trabajo no exclamar si no fuera por el justo temor a que la voz exclamando se quebrara, de tan vieja y tan ajada ya — diría…
(esto es un fragmento de lo que, a juzgar por los papeles encontrados en el baulito de Valentina, se recuerda como un primer intento de intervención de Bernardina en su momento y en su día).
...
Que las más de las veces no es ni mucho menos el buscado sino alguno tan extemporáneo como una barra de labios — Ana Bolena, que quién se acuerda (no de la reina y su triste final sino de la marca), de color granate —, o una moneda que dejó de ser de curso legal hace ya décadas, o una receta manchada de grasa, o un frasquito diminuto que — encajado en un zapatito de tacón también diminuto de color (también) granate — exhibe una etiqueta en la que puede leerse “¡mais oui!”; o una llave que sirvió para abrir qué, o una estampa, o la jirafa de cristal (de cristal, sí, con su cuello tan largo) que salió milagrosamente indemne de un roscón de reyes, o…
¿Qué andábamos buscando?
Comentarios
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.