El compositor alemán Aribert Reimann (1936), que siempre ha escogido cuidadosamente para sus libretos obras de grandes literatos como Strindberg (El sueño, 1965 y Sonata de los espectros, 1983), Werfel (Las troyanas, 1985), Kafka (El castillo, 1992), García Lorca (La casa de Bernarda Alba, 2000) o Maeterlinck (El invisible, 2017), recurrió en 1978 a El rey Lear, una de las tragedias shakesperianas de referencia. Pero pese a su grandeza, o quizá por ellos, El rey Lear es una obra que ha asustado a los compositores, sin que desgraciadamente hayan proliferado sus adaptaciones musicales.