Cuando la luna suspira
12/09/2025
2512093970484

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Cuando la luna suspira

Dicen que la luna llora cuando el amor se apaga en la tierra. Nadie entiende su idioma de plata, pero las mareas escuchan su quejido y lo transforman en suspiros que van y vienen hasta encontrar a quienes aún aman en silencio.

En la orilla del mundo, una mujer de ojos estrellados esperaba a su amado. Había prometido volver antes de que la luna se vistiera de sombra, pero el tiempo, ese ladrón de promesas, le robó el camino. Cada noche lo buscaba entre las olas, temblando entre la bruma, mientras el reflejo lunar se quebraba sobre el agua como un espejo cansado.

Entonces la luna comenzó a llorar. Sus lágrimas caían en forma de luciérnagas dormidas sobre los mares, y donde rozaban el agua nacían flores de luz, breves como los recuerdos. La mujer, al verlas, comprendió que el cielo la amaba por compasión, que la noche misma acompañaba su espera.

Una de esas lágrimas cayó sobre su pecho, y con ella le llegó una voz. Era la voz de su amado, hecha de viento y distancia. Le dijo que el amor que no alcanza la carne despierta en la eternidad, que toda ausencia tiene un espejo en el alma del cosmos, y que él vivía ahora en la memoria del resplandor.

Desde entonces, cuando la luna tiembla y el mar huele a nostalgia, ella camina por la orilla dejando huellas que no se borran. Y los que la miran desde lejos dicen que a veces la luna sonríe... porque por fin alguien comprendió su llanto.

Epílogo

Dicen que cuando la luna llora, el amor recuerda su origen. En el silencio de las noches puras, ella sigue vertiendo su llanto sobre la tierra, no de tristeza, sino de ternura. Ya no llora por lo perdido, sino por lo eterno.

Cada lágrima que cae es una semilla de luz que florece en los corazones que han amado más allá del tiempo. Allí, donde la nostalgia se vuelve canto, su historia y la del amado se encuentran, fundidas en el resplandor que ninguna sombra apaga.

Se dice que si un amante mira al cielo en la hora azul y nota que la luna tiembla, puede oír un leve suspiro: es el eco de aquellos que supieron que el amor no muere, sino que asciende, transformado en claridad.

Así, en cada aurora, ella y la luna se confunden, y ya no se sabe si es el cielo quien llora o el amor quien ilumina.

Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul

Literary: Other
poesía

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Title Cuando la luna suspira
Cuando la luna suspira

Dicen que la luna llora cuando el amor se apaga en la tierra. Nadie entiende su idioma de plata, pero las mareas escuchan su quejido y lo transforman en suspiros que van y vienen hasta encontrar a quienes aún aman en silencio.

En la orilla del mundo, una mujer de ojos estrellados esperaba a su amado. Había prometido volver antes de que la luna se vistiera de sombra, pero el tiempo, ese ladrón de promesas, le robó el camino. Cada noche lo buscaba entre las olas, temblando entre la bruma, mientras el reflejo lunar se quebraba sobre el agua como un espejo cansado.

Entonces la luna comenzó a llorar. Sus lágrimas caían en forma de luciérnagas dormidas sobre los mares, y donde rozaban el agua nacían flores de luz, breves como los recuerdos. La mujer, al verlas, comprendió que el cielo la amaba por compasión, que la noche misma acompañaba su espera.

Una de esas lágrimas cayó sobre su pecho, y con ella le llegó una voz. Era la voz de su amado, hecha de viento y distancia. Le dijo que el amor que no alcanza la carne despierta en la eternidad, que toda ausencia tiene un espejo en el alma del cosmos, y que él vivía ahora en la memoria del resplandor.

Desde entonces, cuando la luna tiembla y el mar huele a nostalgia, ella camina por la orilla dejando huellas que no se borran. Y los que la miran desde lejos dicen que a veces la luna sonríe... porque por fin alguien comprendió su llanto.

Epílogo

Dicen que cuando la luna llora, el amor recuerda su origen. En el silencio de las noches puras, ella sigue vertiendo su llanto sobre la tierra, no de tristeza, sino de ternura. Ya no llora por lo perdido, sino por lo eterno.

Cada lágrima que cae es una semilla de luz que florece en los corazones que han amado más allá del tiempo. Allí, donde la nostalgia se vuelve canto, su historia y la del amado se encuentran, fundidas en el resplandor que ninguna sombra apaga.

Se dice que si un amante mira al cielo en la hora azul y nota que la luna tiembla, puede oír un leve suspiro: es el eco de aquellos que supieron que el amor no muere, sino que asciende, transformado en claridad.

Así, en cada aurora, ella y la luna se confunden, y ya no se sabe si es el cielo quien llora o el amor quien ilumina.

Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul
Work type Literary: Other
Tags poesía

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Identifier 2512093970484
Entry date Dec 9, 2025, 4:59 AM UTC
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Author. Holder Gota de Rocío Azul. Date Dec 9, 2025.


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