About the work
El experimento de Margano
¿Es posible que una flor responda preguntas? La ciencia dirá que no. Para responder preguntas está el tarot, la inteligencia artificial o los humanos que saben de todo. Sin embargo, Florencio Margano, quemó su vista -y también sus neuronas- tratando de demostrar que la Bellis perennis si podía. Parecerá poco, tanto empeño, solo por una pregunta. Pero para demostrarlo fueron necesarios más de cuarenta años de investigaciones.
En su jardín del barrio Las Rosas, Margano, optó por ir reemplazando año tras año las caléndulas, amapolas, hortensias y gardenias para quedarse con la única flor que le interesaba: la que era capaz de responder a la más difícil de las cuestiones.
En el galponcito del fondo, cerca del gallinero, apartando latas de pintura y sillas descoladas, Margano, instaló sobre dos caballetes una puerta vieja para apoyar sus elementos de investigación. En la pared colgó un pizarrón para anotar las estadísticas, y en la vieja puerta de chapa fijó con cinta adhesiva un cartel que decía “Laboratorio. Terminantemente prohibido pasar”.
Durante cuarenta años, Florencio Margano, solo dejó de investigar 24 días, no corridos, y siempre por razones de salud o fuerza mayor. En 1985 por un dolor de muelas que no lo dejaba dormir, faltó una semana, hasta que el Dr. Menéndez se la extrajo; casi diez años después por una peritonitis durante diez días no pudo ir al laboratorio ni realizar las pruebas de campo, lo operaron y se reintegró a su labor hasta el 2020 en que debió suspender las observaciones porque no lo dejaban salir de su casa a causa del COVID 19. Durante siete días no realizó investigaciones, pero luego sustituyó el trabajo de campo presencial por el televisivo.
Cómo puede deducirse de la lectura de este documento, las investigaciones del señor Margano, se dividían en dos fases o etapas: una de observación y otra de pruebas de laboratorio.
En su galponcito del fondo experimentaba la cruza de distintas especies de Bellis perennis, a los efectos de reducir las posibilidades del azar. Su trabajo se intensificó desde mayo y hasta el final del verano, que es la época de floración. Entonces cada día debía dedicar las mañanas al cortado y clasificación de las flores según el número de pétalos. La primera categorización era pares o impares y la segunda por cantidad. Al centro las de 20 pétalos a la derecha las que tenían más y a la izquierda las que no llegaban a esa cantidad. En una línea las pares y en otra las de corolas impares.
Las tardes las dedicaba a las tareas de campo. En una cesta de mimbre acomodaba las flores y marchaba al parque o la plaza. Se sentaba en algún banco y observaba a las parejas de enamorados. Entonces tomaba dos margaritas de la canasta cuidando que fueran de pilas diferentes. Observaba cuál de las flores se correspondía con la persona elegida: si era alto o alta el tallo más largo, si por el contrario era de baja estatura el tallo más corto, si se lo veía triste la flor marchita, si estaba alegre la más radiante. Luego aplicando la teoría de la probabilidad, en un sencillo, pero no por eso menos efectivo proceso científico, deshojaba primero una y luego la otra flor, repitiendo para sí: le quiere, no le quiere… El resultado estaba dado por un signo matemático positivo o negativo que podía ser llevado a un dato estadístico. Estadística que Margano, contabilizaba prolijamente, cada noche al regresar a su casa, en una libreta de almacén.
Margano falleció el 13 de mayo de 2023, celebración de Santa Margarita María Alacoque. Sus vecinos lo despidieron cuando pasó camino del cementerio con una lluvia de flores blancas, con un sol amarillo resplandeciendo en su centro.
La noche anterior a su deceso dejó anotada la conclusión a la que había arribado tras los cuarenta años de experimentación: “Las margaritas requieren la luz solar durante varias horas, las temperaturas más aconsejables para su correcto desarrollo oscilan entre los 15 y los 25 grados, esta planta requiere poca cantidad de agua, pero cada 2 o 3 días aproximadamente en verano y semanalmente en invierno, aconsejo regarlas. No sé si hablan a través de sus pétalos, pero durante cuarenta años me alegraron la vida.
Creativity declaration
100% human created
Declaration Date:
Oct 3, 2023, 2:53 PM
Identification level:
Low
Fictional content
Declaration Date:
Oct 3, 2023, 2:53 PM
Identification level:
Low
Print work information
Work information
Title Experimento Margano
El experimento de Margano
¿Es posible que una flor responda preguntas? La ciencia dirá que no. Para responder preguntas está el tarot, la inteligencia artificial o los humanos que saben de todo. Sin embargo, Florencio Margano, quemó su vista -y también sus neuronas- tratando de demostrar que la Bellis perennis si podía. Parecerá poco, tanto empeño, solo por una pregunta. Pero para demostrarlo fueron necesarios más de cuarenta años de investigaciones.
En su jardín del barrio Las Rosas, Margano, optó por ir reemplazando año tras año las caléndulas, amapolas, hortensias y gardenias para quedarse con la única flor que le interesaba: la que era capaz de responder a la más difícil de las cuestiones.
En el galponcito del fondo, cerca del gallinero, apartando latas de pintura y sillas descoladas, Margano, instaló sobre dos caballetes una puerta vieja para apoyar sus elementos de investigación. En la pared colgó un pizarrón para anotar las estadísticas, y en la vieja puerta de chapa fijó con cinta adhesiva un cartel que decía “Laboratorio. Terminantemente prohibido pasar”.
Durante cuarenta años, Florencio Margano, solo dejó de investigar 24 días, no corridos, y siempre por razones de salud o fuerza mayor. En 1985 por un dolor de muelas que no lo dejaba dormir, faltó una semana, hasta que el Dr. Menéndez se la extrajo; casi diez años después por una peritonitis durante diez días no pudo ir al laboratorio ni realizar las pruebas de campo, lo operaron y se reintegró a su labor hasta el 2020 en que debió suspender las observaciones porque no lo dejaban salir de su casa a causa del COVID 19. Durante siete días no realizó investigaciones, pero luego sustituyó el trabajo de campo presencial por el televisivo.
Cómo puede deducirse de la lectura de este documento, las investigaciones del señor Margano, se dividían en dos fases o etapas: una de observación y otra de pruebas de laboratorio.
En su galponcito del fondo experimentaba la cruza de distintas especies de Bellis perennis, a los efectos de reducir las posibilidades del azar. Su trabajo se intensificó desde mayo y hasta el final del verano, que es la época de floración. Entonces cada día debía dedicar las mañanas al cortado y clasificación de las flores según el número de pétalos. La primera categorización era pares o impares y la segunda por cantidad. Al centro las de 20 pétalos a la derecha las que tenían más y a la izquierda las que no llegaban a esa cantidad. En una línea las pares y en otra las de corolas impares.
Las tardes las dedicaba a las tareas de campo. En una cesta de mimbre acomodaba las flores y marchaba al parque o la plaza. Se sentaba en algún banco y observaba a las parejas de enamorados. Entonces tomaba dos margaritas de la canasta cuidando que fueran de pilas diferentes. Observaba cuál de las flores se correspondía con la persona elegida: si era alto o alta el tallo más largo, si por el contrario era de baja estatura el tallo más corto, si se lo veía triste la flor marchita, si estaba alegre la más radiante. Luego aplicando la teoría de la probabilidad, en un sencillo, pero no por eso menos efectivo proceso científico, deshojaba primero una y luego la otra flor, repitiendo para sí: le quiere, no le quiere… El resultado estaba dado por un signo matemático positivo o negativo que podía ser llevado a un dato estadístico. Estadística que Margano, contabilizaba prolijamente, cada noche al regresar a su casa, en una libreta de almacén.
Margano falleció el 13 de mayo de 2023, celebración de Santa Margarita María Alacoque. Sus vecinos lo despidieron cuando pasó camino del cementerio con una lluvia de flores blancas, con un sol amarillo resplandeciendo en su centro.
La noche anterior a su deceso dejó anotada la conclusión a la que había arribado tras los cuarenta años de experimentación: “Las margaritas requieren la luz solar durante varias horas, las temperaturas más aconsejables para su correcto desarrollo oscilan entre los 15 y los 25 grados, esta planta requiere poca cantidad de agua, pero cada 2 o 3 días aproximadamente en verano y semanalmente en invierno, aconsejo regarlas. No sé si hablan a través de sus pétalos, pero durante cuarenta años me alegraron la vida.
Work type Narrative, Essay
Tags relato breve
-------------------------
Registry info in Safe Creative
Identifier 2310035469344
Entry date Oct 3, 2023, 2:53 PM UTC
License All rights reserved
-------------------------
Copyright registered declarations
Author 100.00 %. Holder Miguel Di Spalatro. Date Oct 3, 2023.
Information available at https://www.safecreative.org/work/2310035469344-experimento-margano