Mi mirada perdida se posó en ti esta mañana. Me pregunto cuántas experiencias has vivido; cuántas cosas podrías contarme sin pronunciar una palabra; cuántas personas han disfrutado de un merecido reposo gracias a ti. Tu piel arañada y los surcos que la recorren hablan de tu larga vida.
Cuando te encontré, estabas abandonada a tu suerte. Nadie parecía quererte. Pero había algo en ti que me llamó la atención. No sabría decir qué. Quizás tu aire distinguido o tu estilo antiguo y señorial. No lo