La oreja de van Gogh
Colocó un lienzo nuevo y ordenó la paleta, los óleos y los pinceles. Dio los primeros trazos de un autorretrato pero la imagen que le devolvía el espejo no le gustó. No lo dudó ni un segundo. Fue a buscar su navaja de afeitar, la afiló y con un golpe certero eliminó el elemento discordante.
Desengaño
Cogió el último diente que se le había caído. Con una sonrisa enorme lo envolvió en papel aluminio tal y como su madre le había enseñado y lo colocó con cuidado debajo de