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Indify: ¿el trampolín idóneo para lanzar tu carrera musical?

  • Creada por un trío de emprendedores estadounidense hace algo más de una década, Indify es una plataforma de apoyo activo a artistas musicales independientes.
  • Su principal activo es que ofrece a los músicos acceso gratuito a una comunidad de inversores y profesionales de la industria que pueden ayudarles a lanzar sus carreras.

¿Conocen ustedes a James Blake? Es probable que sí. El músico británico de 37 años obtuvo un premio Mercury en 2013, ha colaborado con Rosalía, Beyoncé, Frank Ocean o Kendrick Lamar y uno de sus álbumes, Assume Form (2019), optó a un Grammy y se coló entre los más vendidos del año en Estados Unidos. Podría decirse que es un artista consagrado, un miembro de esa estrecha elite del 3% de músicos profesionales que acaparan más del 50% de las escuchas en plataformas como Spotify o Apple iTunes.

Sin embargo, hace unos meses, el rey del electropop entusiasta y visionario decidió renunciar a su contrato discográfico de 12 años con Polydor y empezó a producir y editar su música a través de una plataforma independiente, Indify. ¿Sus razones? Según explicó a la revista MusicAlly, ningún otro socio comercial le ofrecía la opción de retener la propiedad de sus masters y un acuerdo que le garantizaba al menos el 50% de los royalties generados. Además, la compañía se implicó en el proceso de producción de su primer single «100% independiente», poniéndolo en contacto con profesionales de la comunidad Indify como el sello Good Boy Music o la agencia de marketing Stellar Trigger.

Un primer paso en inmejorable compañía

Blake no es el único que ha optado por esta ruta alternativa hacia el éxito. Indify se postula como una plataforma de intermediación, asesoría y distribución digital para artistas emergentes, un primer peldaño para pasar de la irrelevancia a una cierta notoriedad, y ya ha contribuido a la irrupción en el negocio de músicos sólidos como Kirby, BMW Kenny o Jess Benko. Más aún, entre sus primeros descubrimientos, esta compañía puede exhibir a artistas consagrados como Khalid o Billie Eilish, reclutados cuando eran dos desconocidos (Khalid tenía 17 años y Eilish apenas 14) que grababan su propia música en casa e intentaban darla a conocer a través de las redes sociales.

Shav Garg, uno de los fundadores de Indify, los localizó con un sofisticado algoritmo pensado para identificar a los mejores músicos sin contrato discográfico. El modelo de negocio de la startup se fue transformando a marchas forzadas. En torno a 2019, ya ofrecían servicios de acompañamiento y asesoría a los artistas que identificaban. Luego empezaron a centrarse en la intermediación y en 2020 lanzaban su propio market place, el lugar en que músicos aún por debajo del radar pueden desde entonces mostrar su trabajo y empezar a consolidar su propia red de contactos profesionales.

Gratuito para los artistas, con tarifa mensual para los profesionales

El funcionamiento de la plataforma es muy sencillo. La interfaz ofrece información básica y dos opciones de acceso: como artista o como profesional de la industria. En el primer caso, basta con enviar una solicitud que, si se acepta, da acceso gratuito a un paquete de servicios y consejos personalizados para incrementar el número de escuchas y conectar con el ecosistema de profesionales. Estos últimos (agentes, representantes, promotores, productores, sellos discográficos, agencias de marketing e inversores) acceden a la comunidad con una tarifa mensual de 750 dólares, que les convierte en interlocutores preferentes de un ecosistema de miles de artistas que, según Indify, superan los 422 millones de escuchas.

La prueba de la solidez de la iniciativa, en cualquier caso, es que Indify cuenta con el apoyo de inversores como Alexis Ohanian, cofundador de Reddit. Las opiniones de los usuarios varían muchísimo. Hay historias de éxito, como las de algunos de los artistas ya citados. Pero también abundan los que no han sacado el menor partido de su ingreso en la comunidad o los que recomiendan alternativas con prestaciones similares, aunque con menor notoriedad, como BeatBread o Music Fund. Estas divergencias tan notables no tienen nada de extraño: la música es un negocio tremendamente competitivo en el que el éxito depende tanto del talento como de múltiples variables de difícil control. En última instancia, cada uno ve el baile según se va. Lo que para algunos puede ser un perfecto trampolín para propulsar sus carreras puede ser irrelevante o incluso una perdida de tiempo para muchos otros.

Miquel Echarri
Miquel Echarri
Periodista cultural. Ha dirigido o coordinado revistas en varios grupos editoriales y escribe artículos sobre cine, tecnología, arte, ocio o tendencias en diversos medios.

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