Una delegación de agrupaciones europeas de sociedades de autores ha mostrado en Bruselas su temor porque el código de conducta que está elaborando la Comisión Europea para los modelos de inteligencia artificial (IA) siente un «precedente irreparable» que diluya la protección de sus creaciones.
La comitiva ha estado encabezada por Björn Ulvaeus, cofundador del grupo ABBA y presidente de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC), quien ha tachado de «inaceptable» la forma en que la Unión Europea está regulando esta tecnología. «La era de la IA ni tiene, ni debe construirse a partir de trabajos que ya tienen derechos de autor», ha añadido.
Reunión con la presidenta del Parlamento Europeo
El último borrador del código europeo de conducta para modelos de IA ha hecho saltar las alarmas de los creadores, que hace unos días se reunían con Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, y con el comisario europeo de Cultura, Glen Micallef, para trasladarles su preocupación.
Como parte de la delegación acudió la directora general de la Agrupación Europea de Sociedades de Autores y Compositores (GESAC), Adriana Moscoso, que ha alertado en EFE sobre la «necesidad» de proteger los derechos de autor ante los temores de que las grandes tecnológicas puedan usar libremente sus obras para entrenar a los modelos de IA. «El argumento de que la IA sólo puede lograrse debilitando los derechos de autor es falso y peligroso», señala Ulvaeus, y añade: «La IA no debe construirse sobre el robo».
Críticas al tercer borrador del código de conducta
Dicho temor se ha ido acrecentando a medida que se han conocido los sucesivos borradores del código de conducta de la IA, que será voluntario y establecerá las pautas que los desarrolladores de estos modelos deberán seguir para cumplir con la Ley de IA europea. Desde septiembre, 13 expertos designados por la Comisión Europea estudian este tema en sesiones por las que ya han pasado cerca de un millar de participantes.
Hasta la fecha se han conocido tres borradores del citado código, si bien el último se ha descartado debido a las críticas tanto de autores como de eurodiputados, que consideraban que el texto no garantizaba la protección de los derechos de los autores. Por su parte, las grandes tecnológicas tampoco han aceptado las versiones previas, a las que achacan efectos «restrictivos», poco prácticos y onerosos para sus compañías, recoge Euronews. En la actualidad, se prepara una cuarta versión que se espera sea el definitivo.
Presión desde Estados Unidos
«Los borradores han ido cada vez a peor», ha asegurado a EFE Moscoso, que acusa a las grandes tecnológicas de la «enorme presión» que ejercen sobre la Comisión Europea, y cuya postura se ha reforzado tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, con la que las empresas «se han visto más amparadas», añade la directora de Gesac. El pasado abril, Estados Unidos envió una carta a la UE oponiéndose a la Ley de Inteligencia Artificial europea, así como al resto de normas relacionadas y que, según la administración Trump, «ahogan la innovación».
Por su parte, directivos de compañías como Meta ya han advertido de que no firmarán el código tal y como aparecía en anteriores borradores. La Ley de IA europea entró en vigor en agosto de 2024, si bien sus obligaciones se irán aplicando de manera gradual hasta 2027, cuando la legislación estará plenamente vigente. En cuanto al código de conducta, la legislación establecía el 2 de mayo como límite para su aprobación. Tras las críticas, la fecha se ha pospuesto ahora hasta antes del 2 de agosto, cuando también entrarán en vigor las normas sobre herramientas de la IA.
Los derechos de autor, «oxígeno» de los creadores
El cofundador de ABBA también respaldó recientemente las protestas de los artistas en el Parlamento británico, al que solicitan una normativa más estricta para las empresas de IA «con ánimo de lucro», recuerda The Times. Ulvaeus se refirió entonces a los derechos de autor como «el oxígeno del que dependen los creadores» para su supervivencia, frente a «una opinión más peligrosa» que «favorece un marco de derechos más débil y amplias excepciones a los derechos de autor», añadió.
Fuentes: EFE, Euronews, The Times.
