Una empresa necesita dotarse de una identidad única a través de elementos visuales y de expresión que la distingan de su competencia. Pero también debe asegurarse de que no puedan utilizarlos otras compañías. Por eso, hoy vamos a hablar de cómo proteger el look and feel de una empresa.
Empezamos por explicar este concepto que forma parte de la imagen de marca, pero no es exactamente lo mismo. De hecho, solo incluye la paleta de colores, las tipografías, el diseño de productos y envases, el diseño de la página web o la disposición de las tiendas.
Y una vez aclarado, vamos a ver qué aspectos se pueden proteger. Te adelanto que por la diversidad de elementos que incluye el look and feel, algunos tendrán que acogerse a los derechos de autor, y otros, a la propiedad industrial.
Las imágenes, diseños gráficos propios, las fotografías de productos o servicios realizadas por la empresa y las tipografías se pueden proteger por derechos de autor si cuentan con suficiente originalidad como indica el artículo 10 de la Ley de Propiedad Intelectual. Incluso, el diseño interior de las tiendas, si cumple este requisito de originalidad, también podría protegerse como obra arquitectónica. En Europa, ya lo ha conseguido la firma italiana KIKO Cosmetics.
Sin embargo, elementos como el logotipo u otros símbolos y signos distintivos de la empresa hay que registrarlos como marca en la Oficina de Patentes y Marcas española, y, si se quiere que tengan validez en Europa, también en la EUIPO.
Por otra parte, para tener el derecho exclusivo de uso de los diseños, patrones, embalajes y otros elementos gráficos de los productos es imprescindible inscribirlos en el Registro de Diseños Industriales de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Y no olvidar renovarlo cada cinco años para mantener la protección.
Además, en la página web, es conveniente que el aviso legal incluya los permisos y condiciones de uso de la marca para reforzar el carácter exclusivo de su look and feel.
Por último, cabe recordar que los derechos de autor se obtienen por el simple hecho de la creación, aunque conviene contar con una acreditación de autoría como la que ofrece Safe Creative. Pero los diseños y marcas es indispensable registrarlos en la oficina correspondiente.
