«Si quieres calor, no me pienso apartar; si quieres libertad, tienes todo el mundo para ir, volver, estar, sentir, pelear, caminar. Que nada sea tuyo, pero que todo sea parte de ti». La prosa poética de Iago De la Campa conquistó a miles de seguidores en la pasada década, de ahí pasó a poemarios superventas y recitales por toda España y parte de Iberoamérica.
Hoy este joven poeta nacido en 1993 en A Coruña, reparte su tiempo entre La Disfrutona, su sala de conciertos en la ciudad gallega, y una escritura que le reclama más dedicación: «Seguramente, no para para ganar un sueldo, aunque nunca se sabe si puedo volver a dar un pelotazo, pero sí para seguir siendo parte de mí, que es de lo más importante».
Y a la espera de conciliar vida y motivaciones, De la Campa lucha por recuperar los derechos de autor de unos libros que han quedado atrapados en la maraña legal por el cierre de la editorial que lo públicó. Del pasado, del presente y del futuro nos habla este poeta con los pies en el suelo en el último capítulo de nuestra serie Creadores.
Qué debe contar Wikipedia sobre Iago De la Campa
Yo creo que pondría, Iago De la Campa Pose, nacido el 20 de enero del 93, y nacido en Coruña, y gallego y escritor. Y escritor, que tengo —creo— 13 libros publicados, y tuve ferias por todo el mundo, estuve dos veces en México firmando y recitando, estuvimos por toda España, también, haciendo varias giras y firmando. Y que al final, es así como entre los libros y las firmas y demás, todo el mundo que me ha querido ver, me ha visto ya.
Prosa poética, un género en auge
Cuando empezó todo, más o menos con las redes sociales —2011… 2012… 2013…— ahí, sí que se vio cómo mucha gente empezó a leer, a consumirla con nosotros. Con autores como bueno, como Escandar [Algeet], como Carl Allen, eh Defreds… y yo saqué libro en 2016, el primero, el de Viajes a Kerguelen, y fue un boom increíble.
Que en tres meses se vendieran 10.000 libros, eso es muy complicado, incluso para gente que hace bestseller, normalmente. Entonces, yo creo que ahí acompañó. Yo creo que ahora está más parada, porque hay mucha más saturación. Se cambió, a raíz de la pandemia, la manera de consumir contenidos; se ha hecho mucho más vídeo, mucho más vídeo corto.
Redes sociales y nueva poesía
Yo creo que para nosotros lo fue todo. Fue la manera de que gente que escribía en su casa desde muchos puntos de España, ya no solo de Madrid, que sí que había mucha más gente y más sitios para para poder conocerse y demás, para llegar a tu público. Porque yo pensaba, si me llego a diez y le gusto a tres; si llego a 1.000, le puedo gustar a 300, o a 10.000 a 3.000. Entonces, yo siempre tuve esa mentalidad de intentar conseguir, llegar a más gente, a más público para que le gustaran, ya ni pensando en publicar un libro. Eso era al principio cuando solo iba subiendo los textos.
Joaquín Sabina, un referente
A mí el que más me gusta es Sabina. Sabina es un referente de letras con los poemas. Porque yo al final los textos y la prosa poética lo veo más como una canción sin música, que un poema más clásico, por así decirlo.
Autopublicación
Es más curro, llegas a menos gente, pero los tienes protegidos [libros], porque los tienes tú, y sacas mucho más dinero. Porque al final, entre un 6%, 8% o 12% o 14%, que ya es muchísimo, que te puedes llevar de los royalties con cualquier otra editorial, tú, bueno, tienes que poner dinero, pero es que te llevas todo. O sea, igual le sacas, te cuesta dos euros y pico, tres euros el libro con todo, ¡eh!, con la edición, con la maquetación, con la impresión y con la distribución. (si haces tú la distribución propia, claro), y el resto de dinero es limpio para ti.
Poesía y editoriales: una relación compleja
Porque yo eso lo he vivido. Yo tengo libros que han seguido vendiendo seis o siete años después, y que cada año seguían vendiendo, y vendían más, y libros que he sacado con otras editoriales (editoriales muy grandes) y que, igual, ellos esperaban más del primero o del segundo mes, pero es que al mes y medio o los dos meses, ya no lo tenías, ya era muy difícil de conseguir: ya no estaba en escaparates, ya no estaba en los sitios. Entonces, eso también pone en riesgo tus derechos de autor, porque es complicado para la gente poder encontrarlo si lo quiere. Porque ya te preguntan a ti directamente, yo por eso opté después por autopublicar. Yo ya tengo mi público.
Atrapado por el cierre de su editorial
Si tú has hecho ganar a alguien mucho dinero, porque ellos ganan muchísimo más dinero de lo que nos llevamos nosotros como autores —y te has portado bien con ellos— ten la deferencia de «mira, pues nosotros ya no podemos más por X razones, toma, tienes los derechos de los libros». Tienes los libros tú para hacer lo que quieras.
Cómo mejorar la relación autor-editorial
Que se pudieran cancelar directamente los contratos. Si tú estás incumpliendo, incumpliendo con los pagos o incumpliendo, incluso, con no tener el stock suficiente o que no llegue a las librerías, directamente, que un abogado pudiera mandarles un burofax, «mira, se acaba la relación por esto». Y no tener que esperar o ir a juzgados… esperar a que te los liberen… a que te contesten… Debería de hacerse inmediatamente. «¿No estás cumpliendo con el contrato?», vale, no pasa absolutamente nada: «Se acabó».
El futuro
Que va a haber más libros, igual no un libro al año, pero sí un libro cada año y medio, cada dos años. Algunas novelas más. Me gustaría también probar a hacer alguna novela de fantasía.
Pero para eso tengo que tener la cabeza tranquila. Tiene que La Disfrutona [su local de conciertos en A Coruña] acabarse de alguna manera el proyecto, porque al final cuando estás metido en otros proyectos es muy complicado dedicarte tiempo a ti. Que es lo que estoy intentando ahora aprender y corregir, porque justo esta semana hace tres años que abrimos.
Pero, a partir de esos tres años, año y medio más, a mayores. Y todavía estoy aprendiendo ahora a dedicarme tiempo a mí, y ya no solo a estar preocupado o trabajando para el negocio, que bloquee esa parte creativa; que a mí nunca me había pasado, pero sí que la dejé un poquito de lado. Entonces, es volver a contar conmigo mismo y seguir explorando y lo que me gusta. Seguramente, no para ganar un sueldo, que nunca se sabe puedo volver a dar un pelotazo en cualquier momento porque todo vuelve, pero sí para seguir siendo parte de mí, que es de lo más importante.

