La música es un reclamo habitual en anuncios, películas, videojuegos y también como parte esencial del contenido digital. Pero no se puede incorporar a cualquier proyecto audiovisual sin adquirir el derecho a utilizarla. Por eso, hoy vamos a explicar qué son y para qué sirven las licencias de sincronización en el ámbito musical.
El término sincronización se refiere al hecho de integrar una pieza musical en una obra audiovisual. Así, para poder explotar una canción en una obra de este tipo es necesario contar con una licencia de sincronización.
Para solicitarla hay que dirigirse a las diferentes figuras que poseen los derechos sobre la pieza musical. Por supuesto, al titular de los derechos de autor de la canción, que debe autorizar su uso. Pero si se da la circunstancia de que el autor ha firmado un contrato de edición musical, también entra en juego el editor que, en virtud de ese contrato, suele adquirir el derecho de transformación sobre la obra.
En ambos casos, la Sociedad General de Autores y Editores, más conocida como SGAE, tramita la autorización del autor o, si hubiera fallecido, de sus herederos, así como del editor. Además, esta entidad también gestiona el cobro de la licencia correspondiente.
Sin embargo, cuando se quiere incorporar en un proyecto audiovisual la versión de una canción como fondo fijo e interpretada por el artista original, el proceso sería distinto, puesto que se trata de la sincronización de un fonograma.
En este caso, para reproducir la canción hay que lograr el consentimiento del productor fonográfico, es decir, de la discográfica que ha realizado la grabación de la obra musical. Pero, además, hay que contar con la aprobación de los artistas intérpretes y ejecutantes de la versión musical. Estos poseen el derecho exclusivo de autorizar la reproducción de sus actuaciones en directo y grabadas.
Para solicitar la autorización de la sincronización de la obra musical para una pieza audiovisual, debemos pagar la licencia correspondiente al uso de la misma, e, indudablemente, dirigirnos a la entidad de gestión SGAE.
En el caso de que quedamos utilizar una determinada grabación o versión de una canción para una obra audiovisual, podríamos dirigirnos a la oficina conjunta de las entidades de gestión AGEDI o AIE para solicitar las licencias correspondientes, ya que es la encargada de recaudar los derechos de estas figuras en el ámbito de la propiedad intelectual.
Ya sabes, para incorporar canciones que te ayuden a conectar con la audiencia en tus proyectos audiovisuales es imprescindible obtener la licencia de sincronización adecuada. Y no olvides que en ella se tiene que detallar la duración, el territorio en el que se va a utilizar, el importe de las regalías y las restricciones que pudiera haber en su uso.
