About the work
http://valentina-lujan.es/R/losfolianresu.pdf
que, aunque no sea lo que se pudiera llamar para tirar cohetes propiamente, dice Lola que no me venga abajo, porque tampoco está tan mal aunque mi madre diga (que eso no lo dice Lola y quiero que quede claro que no es Lola quien dice que aunque mi madre diga; que lo digo yo) que nunca llegaré a nada porque Lola, que me tiene mucho aprecio (que no lo digo yo; lo dice mi madre, aunque es verdad que también yo creo que apreciarme me aprecia) pasa por alto mis defectos, según ella, y, en su buena voluntad de animarme, suele decir a todo que está muy bien aunque no lo esté.
Pero está equivocada (mi madre, no Lola) porque lo cierto es que, a diferencia de mi madre que todo le parece mal, a Lola no todo le parece bien o no por lo menos tan del todo bien como a mi madre todo le parece del todo mal o, si no, ya verás — le digo a mi amigo — como cuando lea esto me deja un post-it pegado en la nevera diciendo que le parece mal que siempre que hablo de mi madre sea para mal y que sin embargo de ella siempre hable bien, como si quisiera adularla para tenerla de mi parte.
Y como, dirá también — le cuento a mi amigo —, que más cuenta me tendría, y a ella también, procurar estar a bien con mi madre aunque fuera para estar un poco a peor con ella que además de que está un poco cansada de que mi madre le tenga antipatía por mi culpa está también un poco harta de cargar con el papel de la buena de la película se me ocurre, por probar antes de pasarlo a limpio, cambiar Lola por mi madre y mi madre por Lola.
Es decir:
que, aunque no sea lo que se pudiera llamar para tirar cohetes propiamente, dice mi madre que no me venga abajo, porque tampoco está tan mal aunque Lola diga (que eso no lo dice mi madre y quiero que quede claro que no es mi madre quien dice que aunque Lola diga; que lo digo yo) que nunca llegaré a nada porque mi madre, que me tiene mucho aprecio (que no lo digo yo; lo dice Lola, aunque es verdad que también yo creo que apreciarme me aprecia) pasa por alto mis defectos, según ella, y, en su buena voluntad de animarme, suele decir a todo que está muy bien aunque no lo esté.
Pero está equivocada (Lola, no mi madre) porque lo cierto es que, a diferencia de Lola que todo le parece mal, a mi madre no todo le parece bien o no por lo menos tan del todo bien como a Lola todo le parece del todo mal o, si no, ya verás — le digo a mi amigo — como cuando lea esto me deja un post-it pegado en la nevera diciendo que le parece mal que siempre que hablo de Lola sea para mal y que sin embargo de ella siempre hable bien, como si quisiera adularla para tenerla de mi parte.
Y como, dirá también — le cuento a mi amigo —, que más cuenta me tendría, y a ella también, procurar estar a bien con Lola aunque fuera para estar un poco a peor con ella que además de que está un poco cansada de que Lola le tenga antipatía por mi culpa está también un poco harta de cargar con el papel de la buena de la película se me ocurre, por probar antes de pasarlo a limpio, cambiar mi madre por Lola y Lola por mi madre.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.