About the work
https://valentina-lujan.es/G/estaenwingd.pdf
¡¡¡
Está en Wingdings; pero se lee estupendamente si se selecciona y se pega sobre un documento de Word y se guarda como xps y, luego, se vuelve a abrir el xps, se seleccionan los dibujillos y, al volver a pegarlo en otro documento de Word, ya sale, ello solito, en idioma entendible.
Es decir que:
á
Vamos, que es un método buenísimo para escribir mensajes cifrados ― siempre y cuando se haya uno puesto de acuerdo con la persona que vaya a leerlos ― sin que se enteren de lo que pone los cotillas y fisgones.
Conviene también advertir al lector de que el mensaje se pondrá en Wingdings, porque si se pone en cualquier otro tipo de fuente y el lector no está avisado le puede ocurrir que:
éí――
éáá
¡¡¡Y eso sería una putada porque no se enteraría de nada!!!
¡¡¡íí
¿Y qué pasa si no se entera de nada y el mensaje es de suma importancia?
¿é
Pues lo que pasa es sencillamente que:
áááá…
á
í
Pero todo eso dará resultado nada más si usted puede ver este archivo en xps, porque he probado en pdf y queda hecho una verdadera guarrería.
Creo que de momento el xps es muy moderno y sólo va con el Windows Vista; pero como cabe muy dentro de lo posible que esta página de Valentina Luján no la visite nadie hasta dentro de lustros o siglos puede que para entonces sea lo más vulgar y corriente y moliente del mundo.
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.