Sobre mí:

Soy Lidia, psicóloga de formación y artista gitana de alma. Mi carrera en psicología clínica me ha permitido explorar las profundidades de la mente y el corazón humano, una búsqueda constante que he llevado a mi música. A lo largo de mi vida, he combinado mi amor por la composición y el canto con una perspectiva íntima sobre las emociones, las relaciones humanas y el viaje interior. Graduada en psicología, he encontrado en la música un vehículo ideal para expresar lo que no siempre puede ser puesto en palabras.

Mi desarrollo artístico:

Desde pequeña, la música ha sido mi refugio y mi voz. A lo largo de los años, he experimentado con diversos estilos y sonidos, pero siempre desde una perspectiva auténtica y visceral. Ahora, a mis 31 años, estoy creando obras musicales completas, en las que me encargo no solo de cantar, sino también de componer, escribir las letras y diseñar el alma de cada canción.

Proceso creativo:

Cada una de mis composiciones es una fusión entre mi experiencia personal y mi formación psicológica. Mi proceso creativo se basa en explorar la conexión profunda entre el pensamiento, la emoción y la música. Me inspiro en las historias que he vivido y en las que he tenido la suerte de escuchar en mi trabajo como psicóloga. La cultura gitana, rica en tradición y pasión, también juega un papel fundamental en mis creaciones, aportando un toque de raíz y autenticidad a cada nota que compongo.

Influencias:

Mis influencias son tan diversas como mi arte. Desde los cantos flamencos que escuchaba de niña hasta el reguetón contemporáneo, pasando por artistas que, como yo, se atreven a cruzar fronteras emocionales y culturales. Me inspiran también mujeres fuertes como Rosalía, capaces de combinar tradición y vanguardia, sin miedo a ser genuinas. Mis obras no solo buscan entretener, sino también mover las fibras más profundas del alma.

Mi visión artística:

Con mi música, busco crear experiencias emocionales. Cada canción es un viaje que va más allá de las melodías y los versos. Es una invitación a explorar el mundo interior de quienes la escuchan. Quiero que mi público se vea reflejado en mis letras, que sienta cada nota como una caricia o una herida, dependiendo del momento en que la escuchen. He presentado algunas de mis creaciones al público, y la conexión ha sido innegable: la energía compartida en cada interpretación es lo que me motiva a seguir creando.