About the work
http://valentina-lujan.es/A/alteregocintirep.pdf
… mientras que a mí, y para que usted comprenda cabalmente mi proposición y pueda ― continuó ― darme la primera de sus réplicas aunque me hago cargo ― puntualizó ― de que así bote pronto, sin previo aviso ni haber ensayado, tal vez no se le ocurra ninguna; pero no se preocupe que ya se irá soltando, yo soy persona paciente, comprensiva, que además quiere que seamos amigos, de manera que le daré en todo momento el tiempo que necesite, me parecerá un ejemplo absolutamente sensato… o “razonable” si le gusta más, que no vamos a empezar discutiendo por un detalle tan menor, porque argumentaré que se lo estoy poniendo, precisamente, ese y no otro menos estrafalario, para que usted pueda confiar plenamente en mí entendiendo que lo he hecho para que no le quepa la menor duda de que estoy totalmente convencido de que es la persona despierta, de mente ecléctica que yo necesito… ¿le ha quedado claro, o hay algo de lo hasta ahora expuesto en lo que considere que sería conveniente profundizar?
¡Conteste, hombre de Dios! ― exclamo ante mi silencio, en tono que me pareció impaciente, algo crispado ― Su misión consiste, creí que lo había entendido, en…
− Ya sé ― le dije ―, en rebatir, contradecir, impugnar, refutar todo cuanto usted diga…
Sí ― él ―, pero… ¿está seguro?
− De que no tenga que estarlo no hemos aún hablado nada. Pero si usted quiere…
No. No quiero nada. Pero lo que quiero decir…
− Así que sí que quiere. Y si quiere también que lo nuestro funcione será mejor que ya desde el principio lo diga abiertamente. Necesito saber a qué atenerme…
Ya, pero corre usted tanto que… ― hizo una pausa que utilizó en sacar un cigarrillo que hizo el gesto de ir a alargarme, pero por alguna razón se le escurrió de los dedos y cayó al suelo; lo recogió, se lo colocó entre los labios y sacó otro para mí, que no se cayó, y con el mechero bic que sacó del bolsillo de su americana me dio fuego y encendió luego el suyo ―; pero, en fin, a mí me parece que quedaría mejor “rebatir, impugnar, contradecir, refutar”… Por lo de la rima, la cadencia, encuentro que resulta más armonioso… ir – ar – ir – ar. Pero tampoco es que quiera yo imponer ningún criter… aunque, sólo a modo de inciso, no ha dicho de qué color es el mechero.
− ¿Importa eso? ― pregunté.
Si quiere que le diga la verdad…
− Quiero. Quiero ― yo, poniendo énfasis.
Pues la verdad es que a mí nada; pero si a usted lo que le tira es el realismo, los detalles, me conviene saberlo para que nos movamos en un mismo plano de… qué palabra utilizaría usted, ¿”intereses”?
− “Motivaciones”. Es más bonito.
Estupendo. Utilizaré “motivaciones”. “Motivaciones” para mí e “intereses” para usted ¿Le parece bien?
− La verdad es que no.
Qué contrariedad. A mí tampoco ¿Quiere que cambiemos?
− No.
Pero si “motivaciones” le gusta más.
− Ya, pero si usted se queda con los intereses a mí me corresponderá la…
La mejor parte, es verdad. Y usted prefiere, como es muy comprensible, que la mejor parte sea para mí… Un gesto altruista que lo honra. Creo que vamos a llevarnos bien.
− Yo no.
¿Y eso?
− Quiero que se quede con la mejor parte porque ello implica asumir mayor responsabilidad.
Mira qué listo; pero, ¿sabe?, termino de decidir que ni lo uno ni lo otro. Nos olvidamos de motivaciones e interés y lo sustituimos por “orden de prioridades”.
− Me parece bien, y así cada uno ordena las suyas.
Sigue usted siendo el listo.
− ¿No le parece justo?
Usted sólo tiene una. La de darme la réplica, que considerando encima que la mitad del trabajo se la daré hecha…
− Vamos, y para no andar con ambigüedades ni medias tintas desde el principio, que no le parece justo.
¡Exacto!
− Entiendo, así las cosas, porque muy listo no es que sea pero tampoco tan tonto como para no comprender, que lo procedente es que me olvide de todo este asunto y regrese a mi pastelería.
¿Y eso por qué?
− Pues porque soy pastelero.
Que qué le ha hecho pensar eso, quiero decir.
− Es lo que se me ha venido a la cabeza.
Resulta comprensible, después de todo porque, como usted muy bien discierne, si a mí me pareciese justo a usted le correspondería el cargar con la parte más ingrata, la de tener que considerar una suerte, una deferencia de las Moiras, el estar llamado a ser alguien grande cuando, y créame, que sé de lo que hablo, qué necesidad tiene si… Pero, en fin…
(continúa)
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.