About the work
https://valentina-lujan.es/G/delantedelnombre.pdf
o mejor dicho de los apellidos de ese señor don Juan — de lo que sería la calle pero que en este caso no lo es porque como vengo de decirle es una glorieta aunque ya no está — nacido en Madrid en 1511 y fallecido en Ibídem en 1583 que, se lo quiero aclarar para que no se vuelva loco discurriendo, no figura, por cierto, en la plaquita, y no ya el don, que es que ni siquiera el Juan, aunque no sé para que le doy tantas explicaciones si lo más seguro es que nunca… Pero, bueno, el saber mi madre lo dice no ocupa lugar aunque tengo entendido que recientemente se ha descubierto que sí, que sí que lo ocupa, pero avanza tanto eso de la cultura y tan deprisa que a mi madre, que apenas fue a la escuela, no le dio tiempo a saberlo y eso que es, y no porque sea mi madre, bien pero que bien lista.
Y estoy diciendo Juan, Juan que quiero que le quede a usted bien grabado en su memoria para que no se embarulle pensando “¡ah, pues ya sé quién es!” en el de sobrecito de luto… ¿Se acuerda?... Pero que sí, hombre, el del sello de cinco céntimos de don Quijote y Sancho panza, porque ese se llamaba Julio y además era aviador y no porque quiera eso decir que tuviera que ser inconveniente para que este, don Juan, también lo fuese, pero no lo era y tampoco falangista, lo que hace suponer que cuando llegó la democracia (por ahora, usted lo sabrá, somos demócratas) le quitaron a la plaza (que por eso la P. del sobrecito, pero, se lo repito, es glorieta) el nombre de aquel para poner el de éste.
No sé si me sigue usted el hilo, pero tampoco importa mucho, ya le dije, porque, ya le dije también, no pienso que vaya usted a animarse a escribirme, pero, si lo hiciera, acuérdese de los apellidos del que nació en Ibídem ¿De acuerdo?
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.