About the work
https://valentina-lujan.es/m/milongadelaver.pdf
Y la Verdaguer, porque aquella tarde sí tuviera ganas de hacer los deberes o mucho amor propio o muchas ganas de tocar las narices a la señorita, se dedicó a plantear su propia hipótesis bastante historiada pero que no la pudo terminar — explicó a la señorita — porque al llegar aquí se presentó su madre que, hecha un basilisco porque ya la había llamado cinco veces para cenar, dijo “no sé nena si me toca o no, pero…” y la sacó de una oreja.
Y que se la repasase por favor porque con una madre interrumpiendo todo el rato no estaba segura de no haberse confundido en algo.
Pero sonó la campana y la señorita dijo “lástima”, y que no le daba tiempo.
La Verdaguer musitó por lo bajo “cobarde”.
Papeles
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.