El ángel de la guarda
Mi madre tenía tres hermanos y solo una hermana, quizás por eso mantenía una relación muy estrecha con ella. Cuando tuvieron que desplazarse a la península para operar a su hijo mayor, mi tía dejó al resto de sus hijos al cuidado de mi madre. Durante más de un mes pusimos la casa patas arriba, se repartieron colchonetas por el suelo y llegamos a dormir hasta cuatro personas en una cama.